Tomoko Uemura en su baño ( W. Eugene Smith, 1972)
Eugene Smith: Tomoko en su baño:
Fotografía de reportaje en blanco y negro ni preparada ni improvisada. Eugene Smith estuvo acompañando a esta familia durante unos días. No están posando, pero tampoco la improvisó encontrando la escena aleatoriamente.
La fotografía fue tomada en Minamata en 1972 y pertenece a una serie fotográfica. En ella, Eugene recopila una serie de dolor, familia y hambre que azotaba la región de Tomoko debido a la pobreza y las minas de mercurio.
En formato rectangular y encuadre horizontal. El formato tiene pinta de ser el nativo de la fotografía, sin recortes. Pero el encuadre creo que, en esta situación, más que utilizarse como elemento creativo, fue por necesidad. La posición del hijo de Tomoko obliga a tomar dicho encuadre para poder mostrar la escena en su totalidad sin cortar a ninguno de los protagonistas.
Por tanto, ha utilizado un plano general, como ya he dicho, para mostrar la escena en su totalidad, desde una posición más elevada que los protagonistas (picado). No por mostrar situación superior. En este caso el acto que se muestra (baño) se realiza sentado y la visión más natural seria verlos desde una posición erguida, consiguiendo así una visión realista con la cual empatizar más con la escena.
La fotografía muestra una suficiente profundidad de campo, manteniendo a foco casi la totalidad de la escena.
En cuanto a armonía, La imagen está dispuesta según la ley de la lectura occidental. La cantidad de blanco en la foto comienza como una flecha desde la izquierda creciendo hacia la derecha donde se sitúa todo el peso. De forma ideal, las luces de la imagen te hacen recorrerla poco a poco (a lo largo del cuerpo) como si estuvieses leyendo hasta que te encuentras con el desenlace (que son los rostros de los protagonistas) delimitados por el contraste con el profundo y oscuro negro que tienen a sus espaldas.
Compositivamente estamos ante una imagen dispuesta de forma romboidal. Las líneas juegan como un marco natural encuadrando la acción principal. Esto se debe gracias a la incidencia de la luz en los márgenes de la bañera creando líneas de perspectiva que se ven cerradas por el triángulo que forman Tomoko y su hijo gracias al contraste con el negro del fondo.
La otra línea que podemos encontrar es la creada por el cuerpo del hijo de Tomoko. Desde el pie hasta la cabeza, guía nuestra mirada de lado a lado de la imagen mostrándonos la totalidad de la obra.
También podemos encontrar varios puntos de atención. En primer lugar, resalta el pañuelo y rostro de la madre, la cual comparte protagonismo directamente con el rostro de su hijo que inmediatamente atrae tu atención tras el primer punto. El último punto de atención es inevitable y es el producido por el reflejo de la ventana de luz en el agua. Dudo mucho que fuera intencionado, más bien inevitable, pero es cierto que gracias a este reflejo podemos interpretar mucho mejor que están en un baño.
Otras de las líneas que encontramos es las que producen las miradas de los personajes. En primer lugar, el de la Madre, la cual mira con ternura a su hijo y nos hace seguirla hasta verle la cara, dirigida hacia la luz en una pose que recuerda a muchas obras clásicas como el Éxtasis de Santa Teresa.
En cuanto al uso del blanco y negro, el contraste que se ve muy abusado. Apenas hay degradado de grises entre el negro y el blanco puro. Esto puede ser causado por una fuente lumínica dura en un entorno escaso de iluminación. Cuando la foto se realizó ya existía la fotografía a color, pero hay que reconocer que la fotografía en blanco y negro siempre ha aportado un punto dramático a las imágenes y mostrar más pureza con blancos sin teñirse con ningún otro color.
En cuanto al grano de la fotografía, hay que recordar que la fotografía pertenece al 1972, con lo que el ruido de esta imagen se debe a los granos de los haluros de plata que contenga la fotografía y la calidad del carrete. Buscando distintas imágenes si que es verdad que se aprecia algo de ruido, pero tampoco es muy exagerado Con lo que me aventuraría a decir que pertenece a la utilización de un ASA 800 o superior. Para esta estimación también he tenido en cuenta que las condiciones de luz no son muy propicias y, sin embargo, no se aprecia larga exposición en ellas “1/50 o 1/60” congelando las pequeñas hondas en el agua, pero mostrando movimiento en la mano, y un diafragma abierto por la falta de luz “f4.5” para poder propiciar una correcta exposición. Para encuadrar dicha imagen, he tenido que probar distancias en casa, pero creo que se aproxima a un “35mm” para poder realizar el en cuadre sin meterse en la bañera, pero sin tener demasiado espacio de movimiento. Además, la imagen no se ve aplanada causada por un teleobjetivo ni con aberración por un macro.
En cuanto al tipo de medición. Creo imaginar que buscó una correcta exposición en el pecho de Tomoko o de su hijo como referencia a un gris medio. Ya que de toda la imagen es lo único importante sin importar que el entorno quede subexpuesto.
En cuanto a la iluminación, podemos hablar de una ventana de luz natural situada por detrás, encima y reflejada en el agua por lo que podemos guiarnos perfectamente para buscar su ubicación con respecto al cámara. Destaca que pese a ser una ventana de gran tamaño, los contrastes que crea son muy acusados y ahí es donde entra el apartado de revelado. No he tenido la suerte de verla físicamente, pero diría que dicho contraste se ha acentuado gracias al revelado ya que es notable que la calidad lumínica del espacio no era precisamente buena. ¿Pero, acaso no dota de más realismo a la escena?
Eugene Smith no nos muestra un posado, una foto preparada para causar sensaciones en los espectadores. Él nos muestra la realidad:
La realidad del día a día de una madre, la cual lejos de mostrar cansancio o pena, muestra su total amor por su hijo el cual ha quedado deformado por el mercurio durante el embarazo.
Realmente da igual el sentido artístico que Eugene Smith buscó en la foto. Lo único importante que la muestra es lo que tiene en frente. Una rutina que queda lejos de cualquier persona y a la vez tan cercana como puede sufrir cualquier madre con un hijo con problemas. Y lejos de mostrar las ayudas que puede disponer el gobierno a personas que lo necesitan, en la imagen solo vemos una bañera de apenas un metro cuadrado y sosteniéndole con sus propios brazos. Pero al margen de la enfatización que puede provocar, es la expresión de la madre. Esa mirada de puro amor, indolora, radiante gracias a esa luz lateral recordando a los mismos ángeles sujetando el cuerpo extasiado de un santo en su éxtasis. Eugene Smith encontró una autentica recreación de las obras artísticas en un pueblecito alejado y con problemas y personalmente es ahí donde encontramos el valor de la fotografía y de su autor. No todo el mundo tiene ojo para encontrar tanta belleza en una situación tan pesimista.
Como opinión personal… creo que no he podido dejar mucho margen tras lo escrito. Creo que es una gran fotografía que a parte de lo que he explicado ya, es la imagen que cualquier fotógrafo desearía captar. No creo que cualquier persona pueda encontrar una belleza como esta cuando tu trabajo es realizar fotografías de guerra o catástrofes. Creo que hay que tener una sensibilidad especial y los conocimientos técnicos para poder capturar dicha imagen de forma tan p