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Foto-Poesía


Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,

te pareces al mundo en tu actitud de entrega.

Mi cuerpo de labriego salvaje te socava

y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.

Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros,

y en mí la noche entraba en su invasión poderosa.

Para sobrevivirme te forjé como un arma,

como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.

Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.

¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!

¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.

Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!

Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,

y la fatiga sigue y el dolor infinito.

Este poema de Pablo Neruda se encuentra dentro del libro “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. Un texto que deja ver a un Neruda rebelde, en su adolescencia. Este libro se considera doloroso, porque Neruda sufre el amor, y lo anhela.

Esta pieza de poesía, concretamente, trata sobre la sexualidad y el cuerpo de la mujer. Aunque lo vive, no lo posee. Perderse en el cuerpo de una mujer puede ser tanto una experiencia física como espiritual. Neruda se encuentra entre el deseo de tener a esa mujer y la angustia de no estar junto a ella.

A la hora de plantear la fotografía no había mucho margen… tenía que ser un cuerpo de mujer. El hecho de que esté desnudo no hace más que acrecentar el deseo que en el espectador pueda despertar.

La fotografía ha sido tomada en mi habitación. El hecho de tener la pared de mi cama enmarcada con tiras de led fue el detonante. Gracias a estas y poseer más de 28 colores, en especial el color rojo, me permitían tanto controlar la cantidad de luz como el color que quisiese. He elegido el rojo bajo la norma de la psicología del color. El rojo transmite pasión y sensualidad, totalmente de acorde con el poema.

(foto making-off mientras probábamos poses)

La clave baja fue también parte de la representación del poema. La oscuridad siempre ha causado inquietud en las personas. El poema posee ese aire de angustia por no tenerla y lejanía en un entorno lúgubre y no reconocible.

La posición ha sido elegida para poder vislumbrar lo que podría ser un paisaje escarpado, con colinas y depresiones tal y como narra en la primera mitad del poema y, en cuanto al encuadre, se ha cerrado hasta no poder vislumbrar ni el rostro ni los pies. La ausencia del rostro elimina la personalidad del cuerpo, tal y como trata Neruda a la mujer en este poema.

En cuanto a la direccionalidad de la luz y la cantidad de piel que ilumina, no podía mover la pared “evidentemente” pero encontré la forma perfecta de controlarla. Separando la cama de la pared obtuve un control sorprendentemente preciso sobre la cantidad de luz que pintaba el cuerpo y el volumen que producía con las sombras.

Personalmente ha sido una práctica muy motivadora, me ha hecho pensar, planificar y modificar mi metodología para conseguir algo que solo existía en mi cabeza. “como la fotografía grotesca”


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